Los españoles nos deshacemos aproximadamente de unos ocho kilos de ropa usada todos los años, ya sea porque no nos queda bien, está estropeada o porque simplemente ya no nos gusta. Esto supone una cantidad ingente de ropa que, desde hace tiempo, constituye un gran negocio, en muchos casos solidario y humanitario, pero en otros casos no tanto.
Los contenedores piratas son una importante lacra en este sector solidario, restando notables ingresos a las asociaciones humanitarias que ayudan a las personas necesitadas. Por eso, resulta de suma importancia saber dónde debemos depositar la ropa que donemos.